Hace mil años que estoy
aquí es más que un título.
Hace mil años que estoy aquí es una certeza,
es un sentimiento, es una historia real y es una historia irreal.
Es una certeza porque a medida que te adentras en la lectura tienes
la sensación de estar allí,- dentro de la historia,
dentro del pueblo, dentro de la familia,- desde hace mil años.
Mariolina Venezia consigue que el gran universo y los pequeños
universos de todos los personajes del libro sean también
del lector, que se convierte en el personaje invisible pero omnipresente
de esta gran saga familiar.
Es un sentimiento por su narración apasionada
pero melancólica al mismo tiempo; por las tristezas y las
alegrías; por las esperanzas y frustraciones que comparten
todos los personajes como si en realidad fueran una sola persona,
un todo.
Es una historia real porque es la historia de
todas las mujeres. Las que han tenido que sufrir para poder conseguir
lo que más anhelaban, las que han tenido que abandonar
sus sueños obligadas a seguir las normas marcadas por la
sociedad del momento, las que han tenido que luchar para poder
estar en su sitio correspondiente en la historia; la Historia
en mayúscula.
Es una historia irreal por la sensación
que tiene siempre el lector de estar dentro un mundo mágico,
atemporal, dentro un mundo donde, de la misma manera que en Cien
años de soledad, cualquier cosa es posible.
Y es por todo esto que hemos escogido esta obra
como ganadora del Premi Llibreter de este año.
Gracias.